domingo, 19 de marzo de 2017

Trincheras de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo. Francisco Moreno Gómez

Cazarabet conversa con Francisco Moreno, autor de Trincheras de la República: 


-Francisco, la primera pregunta que nos hicimos al ver que se publicaba este libro era ¿en qué se diferencia del resto de libros que ya habías escrito para recuperar la memoria histórica de diferentes capítulos de la Guerra Civil en tus tierras porque siempre has escrito “haciéndonos recordar” muy y mucho a ciertos episodios pasados allí en tierras cordobesas?

El campesinado fue en Córdoba la gran baza de la  República, mucho más que el sector industrial. Dieron alma a importantes batallones de Milicias autóctonos, tan aguerridos que Queipo de Llano no pudo nunca apoderarse del Norte de Córdoba. Estos campesinos dieron alma, además, a importantes colectividades en el Norte cordobés, entre 1937-1938.

 -¿Qué significó para Córdoba y los cordobeses, sobre todo para los que todavía lo tenían todo metido y apostado en la II República, la batalla de Pozoblanco?

-Esta batalla tuvo mucho significado. 1) mostró la mayoría de edad de las Milicias cordobesas y del Ejército republicano. 2) a partir de Guadalajara, El Jarama y Pozoblanco quedó patente que las fuerzas de ambos contendientes se igualaban. El Eje Roma-Berlín desharía el empate. 3) fue la primera victoria del Ejército del Sur. 4) paró en seco la arrogancia de Queipo de Llano, que buscaba en Pozoblanco una nueva Málaga, y quedó en ridículo. 5) esta victoria salvó a la República de un peligroso coladero por el Sur, de posibles fatales consecuencias.

¿De dónde salía tanta lucha, tanta resistencia….?
 
-Tanta capacidad de resistencia salía de varios factores: 1) De la gran solidez de la base social de la República (republicanismo y obrerismo), que sabía que sólo cabían esperanzas en este sistema democrático de amplia sensibilidad social. Hoy, algunos eruditos a la violeta tachan a la República de “no democrática”, sino “revolucionaria”. Es la influencia de tantos años de calumnias y demonización por parte del franquismo. 2) Por una posición antifascista. El obrerismo sabía que sería barrido y exterminado si triunfaba el fascismo en España, como así ocurrió. 3) Y por último, como consecuencia de la gran formación cultural de clase que se había ido fraguando desde comienzos del siglo  XX, a partir de la prensa obrera y de las prédicas de los grandes líderes y de los maestros de escuela racionalistas.


-La figura de Aldo Morandi es muy importante para ti, un protagonista, más, del libro consustancial con todo lo que se va desgranando el él…la lucha contra el fascismo, allí desde uno se encuentre, pero por favor, Francisco, acércanos a Aldo Morandi porque, me da la impresión, que no se le ha reconocido tal como debiese….

-Aldo Morandi era un militar italiano de baja graduación en los años veinte que, perseguido por el fascismo, se refugió en Francia. Cuando conoció el golpe militar en España, no dudó en venir a luchar contra el fascismo en España. A finales de 1936 ya aparece frente a Lopera y Porcuna como capitán al mando de los internacionales. En la última decena de marzo de 1937 aterriza en Pozoblanco, al mando del 20º Batallón Internacional. El 8 de mayo, el jefe del sector, Pérez Salas, le encomendó el mando de la 86 Brigada Mixta, con la que realizó proezas en el sector cordobés, frente a Peñarroya. En el otoño de 1937 fue puesto al mando de la 63 División, también en Córdoba. Todo un dechado de gran luchador, de gran seriedad, competencia y disciplina. En marzo de 1938 salió con los cordobeses en la División de Maniobras para el Maestrazgo, donde no tuvieron éxito. Salió con el grueso del exilio, a comienzos de febrero de 1939, y pudo saborear las delicias de “la hospitalidad francesa”. En 2002 se publicó en Milán su diario de guerra, IN NOME DELLA LIBERTÁ, toda una maravilla.

-El libro “viaja” más allá de tierras cordobesas porque fueron muchos los cordobeses que lucharon, por la defensa de la República, más allá: en la bolsa de La Serena, Badajoz, el Bajo Aragón y el Ebro…nosotros por estar en el Bajo Aragón nos hemos leído con suma atención este  capítulo, también con la lucha en El Maestrazgo…Cuéntanos,¿ cómo fue el hacerte con la información de todo aquel periplo?

-Me he servido de fuente militar y de varias memorias testimoniales (Morandi, Mascaraque, etc.). Como ya he anticipado, parte de los combatientes cordobeses (sobre todo Brigadas 73 y 74) formaron parte de la División de Maniobras destinada al Bajo Aragón, por la zona de Alcañiz, Mas de las Matas, etc, para impedir el avance franquista hacia el mar, cosa que no pudieron evitar, y se salvaron por los pelos, a través del puente de Tortosa, antes de ser volado. A parte de las unidades no les dio tiempo a pasar y cayeron pasto de los franquistas. Fue una retirada trágica, que recuerda el ANÁBASIS de Jenofonte o “Retirada de los diez mil”. Las epopeyas de la historia se repiten. Al Norte del Ebro se rehicieron luego los cordobeses, con sus célebres mandos de Milicias, y se batieron en la batalla del Ebro, en la que se auto-inmoló el Ejército de la República, para que no quedara duda de su dignidad. Esta batalla (y el resto de la guerra) no la ganó Franco, sino Hitler. “Puede tenerse toda la razón y ser vencidos”, dijo Albert Camus.

-El capítulo 5 es agrio, eso no quita que sea necesaria su lectura porque dice muy y mucho de lo que pasó después de sucumbidas las trincheras: la retaguardia y sus particulares sufrimientos, los desabastecimientos, los crímenes de guerra, siempre, querido Francisco, me he preguntado como una población  ”X”, la que sea, es capaz de soportar tanto dolor y sufrimiento….¿Qué nos puedes decir?

-Fue la gran catástrofe humanitaria originada por el golpe militar. El sufrimiento de toda la población española fue inenarrable. Carencias, bombardeos, desplazamientos forzosos (los evacuados o refugiados), etc. Pero se soportaba, porque había una esperanza. La retaguardia estaba volcada en ayudar a los combatientes: ropas, alimentos… hasta se llegó a vender el órgano de la iglesia (Villanueva de Córdoba) a los hojalateros, para las necesidades de la guerra. En 1937-1938, más de 1.500 mujeres se encargaron de la siega, y luego, la recogida de la aceituna y las bellotas. Las colectividades las llevaban las mujeres, los viejos y los muchachos, porque los hombres estaban en el frente. Y al frente mandaban camiones de sandías, borregos, cochinos y cereales. Fue una pena que, con tanto espíritu, no pudiera triunfar la democracia republicana. Y no triunfó por razones internacionales (Italia, Alemania y la “pérfida Albión”).. 

-Háblanos, un poco, del protagonismo de los cordobeses en los campos franceses y luego en la resistencia

-Lo primero que hicieron en Francia con los españoles fue robarlos en la frontera y quitarles todo lo que llevaban. He recogido muchos testimonios de tanta indignidad francesa. Luego, a los campos de la playa, a la intemperie del mes de febrero: hombres, mujeres, niños y heridos. Entre tanta inhumanidad, el pobre Antonio Machado. Los franceses no recibieron a los demócratas españoles vencidos como personas libres, sino como prisioneros. Y luego los sometieron al trabajo esclavo, en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, o los obligaban a ingresar en la Legión. Todo un desastre humanitario. En la Asamblea francesa se propuso que metieran a los españoles en un barco y los hundieran en el Pacífico, porque “Francia no era el estercolero del mundo”. En cambio, en Hispanoamérica se recibió a los españoles como personas libres, como aquel recibimiento jubiloso “a los antifascistas españoles” en el puerto de Veracruz, cuando arribó el “Sinaia” (13-6-39). Como premio a la tradicional hospitalidad, hoy se expulsa a los latinoamericanos inmigrantes de la Sanidad Pública española. Esta es la miserable ingratitud de los gobernantes “putrefactos” (epíteto acuñado por García Lorca). 

Información tomada de:  http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/trincheras.htm