LIMPIAR ALCANTARILLAS
Limpiar las alcantarillas para
que la mierda vaya fluyendo, ¡NO , SANTO CIELO! No hay basurero en este país
donde almacenar tanta mierda ni escobas para barrerla, ni trullos donde
meterlos.
Hay que abrir las escotillas para
que a modo del “Prestige” la porquería
la arrastre este diluvio y vaya a parar al fondo del mar para que nunca jamás
vuelva a flote.
Se resisten y se resisten a dejar
sus cargos y volver a ser ciudadanos de a pié. ¿Porque será? Pues está claro y
no es unas sola la razón.
Primero.- si bajan a nivel de
tierra estarán a tiro de cualquier depredador, pierden su aforamiento y eso, como no, les
asusta.
Segundo.- Si dejan el sillón,
tienen que coger la silla y ésta es mucho más incómoda y menos rentable. Y la
cosa no está para ir a la cola del INEM.
Tercero.- Si se mezclan con los
humanos pierden su glamur, pasarían de ser señor don a “Luis el cabrón”.
“Carlos el hijo puta” y eso dueeeeleee.
Tanto es así que, comienzan a
fomentar un nuevo slogan “hay que limpiar las alcantarillas” o lo que es lo
mismo, quitémonos de en medio aquellos torpes que no han sabido robar, para que
quedemos los listos, lo que sigamos en la situación de privilegio que nos
otorga la política. De paso, limpiamos nuestra imagen, quedamos como dios ante
los tontos ciudadanos y nos ratificarán en el Poder.
Esto es como la guerra. Nosotros,
los listos, desde la colina observando la situación. Ellos, mientras en la
lucha por las miserias, y cuando la mierda nos vaya llegando al cuello, hacemos
un pacto entre generales, donde se salve nuestro honor, quede a salvo nuestra
responsabilidad y sigamos mandando y ordenando. Así de sencillo. Nada nuevo.
Esto es la historia misma. Recordemos: la guerra siempre la ganaron los
generales y la perdieron los pueblos. Pero, hete aquí que, según parece, el
pueblo se está emancipando y con una estrategia bien planificada, un
conocimiento del campo de batalla y un ejército bien preparado, les está
ganando la batalla a los generales.
Presiento que si se siguen
haciendo las cosas bien, despacio, con entusiasmo, trabajando con rigor e
inteligencia, siendo generosos y transigentes con los criterios de los demás,
estamos en los albores de una nueva etapa histórica.
Así lo presiento ¡La historia nos
dará la razón! Porque PODEMOS, si queremos.