Que no cuele
El Sr. Honrranch, como fiscal del
caso Noos ( lo que equivale a vasallo de su señor de quien cumple órdenes) mas
bien merece el calificativo de señor Deshonrrach ,(en Balear, deshonrado - mas
o menos-).
Este fiscal con semblante de
difícil ver, sea abogado fiscal o quizás teniente fiscal ( para el caso da
igual) podría de alguna forma manifestar su disconformidad con las
instrucciones recibidas, o al menos dejarlo entrever para así descargar de la parte de reo profesional en
que se ve envuelto por imperativo legal. Pero nó, lejos de adoptar una actitud
de dignidad profesional, hace todo lo contrario, pone de manifiesto su
convicción personal ante su postura en el proceso penal que se sigue contra la
infanta Cristina de Borbón.
En el escrito que presentó al
Juez instructor del caso, fechado en 5
de Enero de 2014, utiliza expresiones de postura personal y nominalistas,
cuando en realidad podría, porque su Estatuto
así se lo permite, exponer su argumentos en tercera persona, como
representante de la institución a la que pertenece –El Ministerio Fiscal o
Fiscalía General del Estado- , pero quizás con avidez de protagonismo pero con
flaco favor a su obligación pública, repito,
en el mencionado escrito, se expresa como sujeto personal utilizando frases
tales como : Suscribo íntegramente……. S.Sª convendrá conmigo…..Me explico…No
quiero terminar el análisis… soy del parecer…quiero dar especial relevancia.
Insisto…etc.etc..
Es decir, mantiene su convicción
personal y su criterio también personal de que la infanta no debe ser imputada,
con lo que pone de manifiesto que es un
fiel vasallo que se juega la vida por su señor o es un insensato que está
haciendo público su concepto de lo que para él significa la justicia, a cuyo
servicio está. Cualquiera de las dos opciones es deleznable.
La actitud del Sr. Honrrach pone
de relieve no solo su vasallaje, del que podría legalmente y sin menoscabo de
su función desligarse, sino que afirma la duda de culpabilidad.
Quizás sin pretenderlo y por causa de su
torpeza o mezquindad menoscaba el principio de presunción de inocencia, principio
que debe desvirtuarse en todo caso , discutirse y argumentarse, en la sentencia, tras la celebración de un juicio;
juicio que pretende evitarle a la
infanta, sobre la que, indirectamente, está creando la duda de culpabilidad con su propósito vergonzoso de evitar que
demuestre su no culpabilidad que, hoy por hoy, todo los ciudadanos con sentido común saben que en
una u otra medida tiene, pero que hay que depurar, y quizás no sea tanto como se pretende
ocultar con actitudes como la del fiscal en cuestión
Si la infanta es inocente, tras
ser juzgada ganará y renovará su hoy perdida reputación.
Si por el contrario, como
pretende este sujeto, no es sometida a juicio quedará como persona de dudosa moral ante la historia
perjudicando a su propia familia, la ya desprestigiada Casa Real, y lo que es
aún peor, dejará de ser vista por los ciudadanos de su país como una persona
digna de respeto y tendrá que abandonarlo.
Personajes como el tal Sr.
Honrrach, han puesto a este país en el escenario del ridículo internacional.
Lo peor es que ni se dan cuenta,
ni por supuesto lo admitirán y por si fuera poco quieren colárnosla.
Como dijo su padre. “La justicia
debe ser igual para todos”
Y yo, que no soy rey, ni quiero serlo, digo: Eso es un propósito de
engañar al pueblo, bien sabe su majestad y los que le rodean que la justicia no
es igual para todos. Bueno, quizás sí sea igual para todos los robagallinas.
No perdamos la esperanza, hoy
tenemos una expectativa de regenerar de verdad a este bello país que han
manchado personajes como el que criticamos.
Juan Pedro Dueñas Santofimia
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Pedro Horrach (en el centro), junto a José Castro (drcha.)- EFE |