viernes, 7 de noviembre de 2014

QUE NO CUELE



Que no cuele

El Sr. Honrranch, como fiscal del caso Noos ( lo que equivale a vasallo de su señor de quien cumple órdenes) mas bien merece el calificativo de señor Deshonrrach ,(en Balear, deshonrado - mas o menos-).
Este fiscal con semblante de difícil ver, sea abogado fiscal o quizás teniente fiscal ( para el caso da igual) podría de alguna forma manifestar su disconformidad con las instrucciones recibidas, o al menos dejarlo entrever para así  descargar de la parte de reo profesional en que se ve envuelto por imperativo legal. Pero nó, lejos de adoptar una actitud de dignidad profesional, hace todo lo contrario, pone de manifiesto su convicción personal ante su postura en el proceso penal que se sigue contra la infanta Cristina de Borbón.

En el escrito que presentó al Juez instructor  del caso, fechado en 5 de Enero de 2014, utiliza expresiones de postura personal y nominalistas, cuando en realidad podría, porque su Estatuto  así se lo permite, exponer su argumentos en tercera persona, como representante de la institución a la que pertenece –El Ministerio Fiscal o Fiscalía General del Estado- , pero quizás con avidez de protagonismo pero con flaco favor a su obligación  pública, repito, en el mencionado escrito, se expresa como sujeto personal utilizando frases tales como : Suscribo íntegramente……. S.Sª convendrá conmigo…..Me explico…No quiero terminar el análisis… soy del parecer…quiero dar especial relevancia. Insisto…etc.etc..

Es decir, mantiene su convicción personal y su criterio también personal de que la infanta no debe ser imputada, con lo que pone  de manifiesto que es un fiel vasallo que se juega la vida por su señor o es un insensato que está haciendo público su concepto de lo que para él significa la justicia, a cuyo servicio está. Cualquiera de las dos opciones es deleznable.
La actitud del Sr. Honrrach pone de relieve no solo su vasallaje, del que podría legalmente y sin menoscabo de su función desligarse, sino que afirma la duda de culpabilidad.

 Quizás sin pretenderlo y por causa de su torpeza o mezquindad menoscaba el principio de presunción de inocencia, principio que debe desvirtuarse en todo caso , discutirse y argumentarse,  en la sentencia, tras la celebración de un juicio; juicio  que pretende evitarle a la infanta, sobre la que, indirectamente, está  creando la duda de culpabilidad  con su propósito vergonzoso de evitar que demuestre su no culpabilidad que, hoy por hoy, todo  los ciudadanos con sentido común saben que en una u otra medida tiene, pero que hay que depurar,  y quizás no sea tanto como se pretende ocultar con actitudes como la del fiscal en cuestión
Si la infanta es inocente, tras ser juzgada ganará y renovará su hoy perdida reputación.

Si por el contrario, como pretende este sujeto, no es sometida a juicio quedará como  persona de dudosa moral ante la historia perjudicando a su propia familia, la ya desprestigiada Casa Real, y lo que es aún peor, dejará de ser vista por los ciudadanos de su país como una persona digna de respeto y tendrá que abandonarlo. 

Personajes como el tal Sr. Honrrach, han puesto a este país en el escenario del ridículo internacional.
Lo peor es que ni se dan cuenta, ni por supuesto lo admitirán y por si fuera poco quieren colárnosla.
Como dijo su padre. “La justicia debe ser igual para todos”
Y yo, que no soy rey,  ni quiero serlo, digo: Eso es un propósito de engañar al pueblo, bien sabe su majestad y los que le rodean que la justicia no es igual para todos. Bueno, quizás sí sea igual para todos los robagallinas.
No perdamos la esperanza, hoy tenemos una expectativa de regenerar de verdad a este bello país que han manchado personajes como el que criticamos.

Juan Pedro Dueñas Santofimia 
-

Pedro Horrach (en el centro), junto a José Castro (drcha.)- EFE